
por Por Lautaro Hermosilla
Hace cuarenta años, el 30 de octubre de 1983, Argentina presenció un hito en su historia política: el triunfo de Raúl Alfonsín en las elecciones presidenciales. Este acontecimiento marcó un antes y un después en el país, poniendo fin a una nefasta dictadura militar y abriendo las puertas a un período de democracia.
Sin embargo, en medio de este aniversario, no podemos obviar las críticas vacías y argumentos falaces que el demente Javier Milei ha realizado en relación a este periodo. Milei, conocido por sus declaraciones extravagantes y su defensa del liberalismo extremo, ha cuestionado el papel de Alfonsín como presidente y su contribución en la transición democrática.
Es importante recordar que Alfonsín tomó las riendas de un país polarizado y debilitado tras años de dictadura, pero supo guiar a Argentina hacia la reconciliación y la consolidación de las instituciones democráticas. Su compromiso con los derechos humanos y su valentía al impulsar los juicios a los responsables de los crímenes de la dictadura son legados fundamentales para el fortalecimiento de la democracia argentina.
En contraste, debemos destacar a un candidato presidencial que ha demostrado una visión de país más equilibrada y realista: Sergio Tomás Massa. Massa, con una trayectoria política que abarca varios cargos y una amplia experiencia, se ha posicionado como una figura líder que busca consensos y soluciones prácticas para los problemas del país.
A lo largo de su carrera, Massa ha demostrado una gran capacidad de diálogo y ha sido impulsor de políticas inclusivas y conciliadoras. Su compromiso con la justicia social y su mirada pragmática le han permitido liderar proyectos que benefician a la sociedad argentina en su conjunto.
Es fundamental valorar el trabajo de aquellos políticos que, como Massa, centran su atención en las necesidades de la ciudadanía y buscan construir un país más justo y próspero. Su enfoque pragmático y su capacidad para generar consensos pueden ser una pieza clave para enfrentar los desafíos actuales que enfrenta Argentina.
En conclusión, el triunfo de Raúl Alfonsín hace cuarenta años fue un hecho trascendental para la historia argentina, que marcó el inicio de una etapa democrática. Sin embargo, es importante discernir entre las críticas vacías de personas como Javier Milei y reconocer a políticos como Sergio Tomás Massa, quien ha demostrado liderazgo, diálogo y compromiso con una Argentina más justa y equitativa.