
El robo al Banco Río de Acassuso, ocurrido el 13 de enero de 2006, no solo se convirtió en el delito más audaz y sofisticado de la historia reciente de Argentina, sino que dejó un impacto cultural y mediático que trasciende el ámbito policial. Su mezcla de ingenio, teatralidad y la ausencia de violencia directa hacia las víctimas lo transformaron en un hecho que despertó tanto fascinación como críticas en la sociedad argentina.
El Hecho: La Perfección del Plan
La banda, liderada por Fernando Araujo, un hombre con inclinaciones artísticas, y Luis Mario Vitette Sellanes, el carismático "hombre del traje gris", llevó a cabo un plan que parecía sacado de una película de Hollywood. Durante siete horas, mantuvieron a la policía y a los rehenes distraídos mientras vaciaban 145 cajas de seguridad en el subsuelo del banco. La banda usó réplicas de armas de fuego y escapó a través de un túnel que desembocaba en el sistema de desagües pluviales, dejando una nota sarcástica que decía: "En barrio de ricachones, sin armas ni rencores, es solo plata y no amores".
El Impacto Cultural
Mitología Popular y Fascinación: En un país marcado por crisis económicas recurrentes y desconfianza hacia las instituciones financieras, el robo fue interpretado por muchos como una afrenta simbólica al poder del sistema bancario. Aunque claramente ilegal, el ingenio del plan y la ausencia de violencia directa despertaron cierto grado de admiración pública.
El Robo como Arte: Fernando Araujo, ideólogo del golpe, siempre afirmó que el robo fue un proyecto artístico tanto como delictivo. Su enfoque meticuloso, inspirado en películas y obras de ficción, dejó entrever un intento de trascender el simple objetivo del enriquecimiento ilícito para crear una narrativa inolvidable.
Adaptaciones Cinematográficas y Mediáticas: El caso inspiró libros, series documentales y películas, entre ellas El Robo del Siglo (2020), dirigida por Ariel Winograd y protagonizada por Guillermo Francella y Diego Peretti. Esta película se convirtió en un éxito de taquilla en Argentina, contribuyendo a la mitificación del caso.
Legado Literario y Documental: Varios miembros de la banda, incluidos Araujo y Vitette Sellanes, escribieron libros narrando su perspectiva del robo. Estas publicaciones, junto con los testimonios en medios, permiten a la sociedad revisitar el evento desde múltiples ángulos.
Reivindicación del "Ladrón de Guante Blanco": La figura del ladrón que utiliza inteligencia en lugar de violencia evoca personajes clásicos de la literatura como Arsène Lupin. Este arquetipo, encarnado en parte por los miembros de la banda, contribuyó a que se los percibiera de forma diferente a otros delincuentes comunes.
Impacto en la Justicia y Reflexión Ética
El robo al Banco Río también llevó a cuestionamientos sobre la efectividad de las fuerzas de seguridad y los sistemas de justicia en Argentina. Si bien casi todos los responsables fueron capturados y condenados, el botín nunca se recuperó completamente. Esto alimenta hasta hoy teorías conspirativas y especulaciones sobre el destino del dinero robado.
Por otro lado, el caso generó debates éticos sobre cómo la sociedad percibe a los delincuentes que desafían al sistema. Mientras algunos los ven como héroes de una épica contra el poder, otros señalan que no deja de ser un delito que perjudica a terceros.
Conclusión: Un Robo que Trasciende el Tiempo
El robo al Banco Río en Acassuso no fue solo un crimen, sino un evento que capturó la imaginación colectiva de Argentina y dejó una marca indeleble en su cultura. La mezcla de teatralidad, ingenio y falta de violencia convirtió a los asaltantes en personajes casi literarios. A casi dos décadas del suceso, su eco sigue resonando en la memoria popular, alimentando el debate sobre los límites entre la admiración por el ingenio y la condena del delito.