08/05/2025 - Edición Nº2346

Nacional

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Los últimos días del argentino más importante de la historia

El Sumo Pontífice falleció este lunes a los 88 años, tras una larga internación por una neumonía bilateral. El domingo había participado de la misa de Pascuas desde el balcón del Vaticano y brindado su última bendición "Urbi et Orbi".



El papa Francisco murió este lunes 21 de abril de 2025 a los 88 años en la Casa Santa Marta, su residencia en el Vaticano. Jorge Mario Bergoglio, el primer papa latinoamericano, argentino y jesuita de la historia, falleció tras haber sido hospitalizado durante 38 días por una neumonía bilateral.

 

Su última aparición pública fue el día anterior, en la misa del Domingo de Resurrección, cuando, en silla de ruedas, salió al balcón de la Basílica de San Pedro para impartir la tradicional bendición “Urbi et Orbi” ante más de 35.000 fieles. Allí dejó un fuerte mensaje a los líderes del mundo: “Hago un llamamiento a quienes tienen responsabilidades políticas a no ceder a la lógica del miedo que aísla, sino a usar los recursos para ayudar a los necesitados, combatir el hambre y promover iniciativas que impulsen el desarrollo”.

 

En su discurso pascual, el Pontífice también se refirió al conflicto en Medio Oriente: “Que cese el fuego, que se liberen los rehenes y se preste ayuda a la gente que tiene hambre y que aspira a un futuro de paz”.

 

Francisco había recibido el alta médica el 23 de marzo, luego de permanecer internado por complicaciones respiratorias. A causa de su delicado estado de salud, no participó de la mayoría de las celebraciones litúrgicas de la Semana Santa. La misa del Domingo de Pascua fue presidida por el cardenal Angelo Comastri, mientras que el Papa se limitó a enviar un saludo: “Buena Pascua”.

 

Aun en sus últimos días, Francisco mantuvo gestos cargados de simbolismo. Visitó la cárcel de Regina Coeli, como hacía desde 2013, en el marco de la conmemoración del Jueves Santo. “Cada vez que entro en un lugar como este me pregunto por qué ellos y no yo”, dijo ante los reclusos, a quienes también les dedicó palabras de cercanía: “Este año no puedo hacer el Lavado de pies, pero sí quiero estar cerca de vosotros. Rezo por ustedes y por sus familias”.

 

El Papa también recibió al vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, en un breve encuentro en la Casa Santa Marta. A pesar de su frágil salud, cumplió con parte de su agenda oficial hasta el final.

 

Francisco deja una huella imborrable en la historia de la Iglesia Católica: impulsó reformas internas, promovió una mirada pastoral centrada en los más vulnerables y desafió a los poderosos desde el Evangelio. Su muerte marca el cierre de una etapa histórica, mientras el Vaticano ya comienza a preparar el cónclave que elegirá a su sucesor.

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