
Un cardenal que fue apartado por el papa Francisco tras conocerse su implicación en irregularidades financieras y que fue condenado por delitos económicos, afirma que aún puede participar en el próximo cónclave, a pesar de estar oficialmente catalogado como “no elector”.
Se trata de Giovanni Ángelo Becciu, quien en 2020 recibió la orden del Papa de renunciar a los “derechos y privilegios” propios del cargo de cardenal, tras verse envuelto en uno de los mayores escándalos financieros del Vaticano. Becciu, oriundo de Cerdeña, había ocupado el rol de sustituto en la Secretaría de Estado de la Santa Sede —una función clave que lo colocaba entre las figuras más influyentes de la Curia romana— y luego fue nombrado prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.
En 2023, Becciu fue hallado culpable de malversación de fondos y fraude. Fue condenado a cinco años y medio de prisión por el tribunal penal del Vaticano, en un fallo histórico por tratarse del primer cardenal juzgado y sentenciado por esa instancia. A pesar de la condena, el purpurado siempre defendió su inocencia y apeló la sentencia, recurso que aún está en trámite.
A pesar de que la Oficina de Prensa del Vaticano lo incluyó entre los “no electores”, Becciu declaró al diario sardo Unione Sarda que nunca se le pidió explícitamente que renunciara a su participación en un futuro cónclave. “El Papa reconoció mis prerrogativas cardenalicias como intactas, ya que no hubo voluntad explícita de excluirme ni petición de renuncia por escrito”, sostuvo el cardenal.
Según la normativa vaticana, los cardenales menores de 80 años pueden votar en las elecciones papales. Actualmente, hay 135 cardenales en condiciones de participar, y Becciu, con 76 años, cumple con el requisito etario. No obstante, su inclusión sigue siendo materia de debate y podría ser definida por el decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, y el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, quienes supervisan el proceso dentro de la Capilla Sixtina.
El caso Becciu se originó a partir de una millonaria operación inmobiliaria en Londres, donde se adquirió con fondos vaticanos un edificio en Sloane Avenue, una antigua sede de Harrods en el exclusivo barrio de Chelsea. La investigación descubrió además otros movimientos irregulares, como donaciones por 125 mil euros transferidas a una organización local vinculada a Cáritas en Ozieri, su ciudad natal, presidida entonces por uno de sus hermanos.
La posibilidad de que Becciu pueda votar en la elección del próximo pontífice no solo genera polémica dentro del Vaticano, sino que anticipa un tenso debate en las congregaciones previas al cónclave. El resultado final dependerá tanto de interpretaciones legales como de los equilibrios de poder en el corazón de la Iglesia.