
Este jueves arribará al puerto de Escobar el primero de los cargamentos de gas natural licuado (GNL) que adquirió Energía Argentina S.A. (Enarsa), con destino al único buque regasificador operativo del país. El arribo forma parte de una estrategia para evitar un escenario de escasez como el ocurrido el invierno pasado.
Pese al auge de producción en Vaca Muerta, el gas local aún no cubre toda la demanda interna debido a restricciones en la infraestructura de transporte. En este contexto, la estatal Enarsa ya concretó dos licitaciones para adquirir un total de 14 cargamentos de GNL, y se estima que el número final de importaciones alcanzará los 24 buques para cubrir el invierno.
La primera licitación se realizó en marzo, con la compra de 6 cargamentos: uno llega hoy, tres lo harán en mayo y los dos restantes en junio. La segunda ronda, cerrada la semana pasada, sumó 8 cargamentos más, de los cuales 7 llegarán en junio y uno en julio.
La experiencia de 2024, cuando no se anticipó un cargamento previo a una ola polar, motivó cortes en el suministro a grandes industrias. Este año, el cronograma busca evitar esa situación, aunque desde Nación reconocen que aún resta licitar 10 cargamentos más para cubrir julio y agosto.
Aunque la producción de gas natural en Vaca Muerta crece año a año, el cuello de botella está en el sistema de transporte. El Gasoducto Perito Moreno (ex Néstor Kirchner) opera al 100%, pero su etapa 2 aún no fue construida. Esta ampliación permitiría llevar más gas al norte bonaerense y al sur de Santa Fe, áreas con gran densidad industrial y poblacional.
Desde el Gobierno se anticipa un llamado a licitación para completar esta obra, en línea con la propuesta presentada por Transportadora de Gas del Sur (TGS). También se concretó en 2024 la reversión del Gasoducto Norte, lo que permitirá cortar definitivamente la dependencia del gas boliviano.
Sin embargo, esto no basta. En los días de mayor demanda invernal, las provincias del norte requieren más gas del que puede transportar la red desde Neuquén. Como alternativa, en verano se utilizó gas importado desde Chile, país que, al no producirlo, también recurre al GNL.
Aunque se prevé que este año la importación de GNL será un 20% menor respecto a 2024, la dependencia energética en períodos críticos aún persiste, revelando la necesidad de acelerar inversiones en infraestructura.