
La reciente adaptación audiovisual de El Eternauta ha generado un impacto notable no solo por su historia icónica, sino también por la calidad técnica de su producción, que se posiciona al nivel de grandes producciones internacionales. Juan Ignacio Cali, especialista audiovisual, analizó en una entrevista radial para el programa Punto de Quiebre de la ciudad de Viedma que se emite por FM Raíces, los aspectos técnicos que convierten a esta serie en un hito para la industria nacional.
“Más allá de si te gustó o no la serie, hay una cuestión técnica que está buenísima y que se está haciendo acá en el país”, destacó Cali. La producción, basada en la obra de culto argentina de los años 50, logró alcanzar el primer puesto en el ranking global de series en habla hispana. Esto no solo revitalizó el interés en la historia, sino que también puso en evidencia la capacidad del talento local para competir en la escena global.
Uno de los aspectos más sorprendentes es el uso de tecnologías avanzadas como la producción virtual, un método que implica el escaneo de espacios reales mediante drones y cámaras, para luego recrearlos digitalmente. “Imaginate como si fuera un videojuego donde podés navegar el espacio y modificarlo a gusto: romper edificios, llenar de nieve, voltear autos”, explicó el entrevistado. Esta técnica se aleja del tradicional croma verde y permite una experiencia inmersiva tanto para los actores como para los espectadores.
Calilo también hizo referencia a la magnitud del trabajo de filmación y postproducción. “Estuvieron entre seis y ocho meses grabando, más todo lo que implicó la edición. El director dijo que sin la tecnología actual, esta historia del 57-58 no se podría haber contado así”, señaló. El rodaje incluyó escenas en locaciones reales de Buenos Aires, transformadas completamente para simular la invasión nevada de la historia original, mediante niebla y escenografías montadas.
En términos de inversión, se reveló que la serie contó con un presupuesto estimado de 15 millones de dólares destinados a la técnica y otros 5 millones en publicidad. Aunque estas cifras pueden parecer elevadas, son modestas si se comparan con producciones de Estados Unidos. “Es bastante dinero, pero nada en comparación con lo que se gasta afuera”, comentó Cali, quien ve con optimismo la posibilidad de conseguir nuevas inversiones para futuras temporadas, dada la calidad lograda.
Finalmente, se destacó el rol del estudio Cocodrilo Studio, una instalación de producción virtual de vanguardia ubicada en Buenos Aires. Juan Ignacio Cali subrayó su importancia al decir que “es uno de los más grandes de Latinoamérica y está acá, en nuestro país. Una locura”. Este tipo de infraestructuras marca un antes y un después para la industria local, que ya no depende exclusivamente de producciones extranjeras para desarrollar contenidos de alta calidad técnica.