
En una elección legislativa atípica pero decisiva, Javier Milei logró una resonante victoria en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y desplazó a Mauricio Macri como líder del espacio antiperonista. Con Manuel Adorni como candidato principal, La Libertad Avanza (LLA) se alzó con el primer lugar, marcando el inicio de una nueva etapa en la política porteña y nacional.
La elección, que cobró una relevancia inusual para un comicio de medio término, representó mucho más que una renovación legislativa: fue un plebiscito a la gestión nacional de Milei, que se involucró de lleno en la campaña y decidió quedarse en el país, incluso evitando viajar al Vaticano, para empujar a su vocero y mano derecha al triunfo.
La estrategia libertaria fue clara y frontal. Rechazaron cualquier alianza con el PRO y redoblaron la apuesta: apuntaron a su electorado y a su dirigencia. El resultado: una fuga de votos y referentes que deja al partido de Macri tambaleando. El bloque ya no responde al expresidente, sus intendentes evalúan saltar de bando y los gobernadores hacen equilibrio. “Pintamos de violeta la ciudad que antes era amarilla, ahora hay que pintar el país”, celebró Milei tras conocerse los resultados.
Con una campaña basada en la nacionalización del discurso, Adorni evitó centrarse en la gestión local y apostó por trasladar el “modelo Milei” a la ciudad: motosierra, equilibrio fiscal, baja de la inflación y fin de los piquetes. Un combo que sintonizó con el electorado porteño. La elección se dio en un contexto de baja participación y escándalos previos, como el video fake del sábado y las tensiones por Ficha Limpia.
El candidato de LLA logró reunir todas las condiciones necesarias para imponerse: un PRO por debajo del 20%, una pobre elección de Ramiro Marra y una efectiva polarización con Leandro Santoro. El resultado final dejó a los libertarios con el primer puesto y al PRO, por primera vez en dos décadas, fuera de la conversación principal en su bastión.
Para el peronismo, la elección significó la confirmación de su caudal histórico en la ciudad. El frente “Es Ahora Buenos Aires”, con Santoro a la cabeza, alcanzó el 27,4%, tal como marcaban las encuestas. Si bien no logró capitalizar la fragmentación opositora, el panperonismo se consolidó como el único contrapeso serio al oficialismo nacional. “Fue una elección entre dos modelos, y es lo que otros no supieron ver”, destacó Adorni tras el triunfo.
La derrota del PRO también marca un punto de inflexión interno. Con Mauricio Macri desplazado del liderazgo no peronista y figuras como Karina Milei y Santiago Caputo empoderadas dentro de LLA, comienza una nueva temporada de realineamientos políticos. La victoria en CABA fortalece el armado electoral rumbo a octubre, donde los ojos estarán puestos en la provincia de Buenos Aires, bastión que Axel Kicillof buscará retener.
Con el tablero porteño redibujado y la hegemonía amarilla quebrada, Javier Milei se consolida como el nuevo jefe del espacio opositor no peronista. Una elección local que, con discurso nacional, puede haber cambiado el mapa político argentino.