
En un clima de alta tensión política, Cristina Fernández de Kirchner rompió el silencio desde su prisión domiciliaria y habló frente a una multitud que colmó la Plaza de Mayo este sábado, en el primer acto masivo tras la decisión de la Corte Suprema que la inhabilitó políticamente y ordenó su detención con beneficio de prisión domiciliaria.
Desde su domicilio en San José 1111, en el barrio porteño de Constitución, la ex presidenta grabó un mensaje que fue reproducido durante la movilización, y más tarde agradeció en vivo a la militancia. “Vamos a volver, argentinos y argentinas. Lo vamos a volver a hacer una y mil veces como se ha hecho desde el fondo de la historia. Los pueblos siempre vuelven”, expresó con un tono calmo pero firme.
Las imágenes de la movilización mostraron a una Plaza de Mayo colmada. Según los organizadores, un millón de personas se movilizaron en respaldo a la dirigente peronista. Desde el escenario montado frente a la Casa Rosada, la organización transmitió el mensaje grabado antes del inicio de la concentración, en un operativo de seguridad controlado por las fuerzas federales y la custodia judicial que monitorea la detención domiciliaria de la ex mandataria.
“Hoy es el momento de defender la democracia con las mismas herramientas con las que la construimos: sin violencia, con coraje y con absoluta claridad del momento histórico”, enfatizó Cristina Kirchner, quien consideró que el fallo que la condena es parte de un “proceso de proscripción política” impulsado por sectores económicos y judiciales.
La presidenta del Partido Justicialista agradeció especialmente a los militantes que mantienen desde hace días una vigilia en las inmediaciones de su domicilio: “Los he escuchado cantar la marcha, el Himno Nacional, pero lo que más me emocionó fue escucharlos volver a cantar ‘vamos a volver’. Hacía mucho tiempo que no lo hacíamos”, remarcó.
En su mensaje, CFK volvió a plantear su visión de un país con “trabajo, salarios dignos y derechos sociales”, al tiempo que cuestionó duramente el modelo económico implementado por Javier Milei y su ministro de Economía Luis Caputo: “Este modelo, como los de Martínez de Hoz en los ’70 o Cavallo en los ’90, es insostenible en términos económicos. Tiene vencimiento como el yogurt. Ya sabemos cómo termina”.
La ex mandataria acusó a Caputo de “alquilar dólares para simular reservas” y lo calificó de “más chanta, imposible”. “Y el verdadero poder económico, el que maneja las cosas, sabe que este modelo cae. Por eso es que estoy presa”, afirmó.
Dirigiéndose a quienes considera responsables de su condena, Cristina fue contundente: “Pueden encerrarme a mí, pero no a todo el pueblo argentino. Los que están asustados no somos nosotros. Son ellos. Hace una semana me preguntaba por qué, si estoy acabada, no me dejan competir. La respuesta es ésta: estoy presa en San José 1111. No me dejan competir porque saben que pierden”.
Finalmente, el acto concluyó con cánticos de la militancia, un operativo pacífico y un mensaje político que ratifica la centralidad que mantiene Cristina Fernández de Kirchner dentro del escenario político argentino, incluso bajo prisión domiciliaria.