26/06/2025 - Edición Nº2395

Nacional

Política

El Gobierno cerrará 60 sucursales del Banco Nación en todo el país como parte de un fuerte ajuste

La medida alcanza también a centros de atención pyme y oficinas operativas. Buscan ahorrar más de $170 millones mensuales y avanzar hacia un modelo digital y rentable.



La motosierra del presidente Javier Milei llegó al Banco de la Nación Argentina (BNA). En el marco del Plan Estratégico 2024-2027 impulsado por el Gobierno nacional, la entidad financiera más grande del país comenzará a ejecutar un fuerte proceso de ajuste que incluye el cierre de al menos 60 sucursales, centros de atención pyme y oficinas operativas en todo el territorio argentino.

 

La decisión, en línea con las políticas de austeridad promovidas por la actual gestión, busca modernizar el funcionamiento del banco, reducir costos y avanzar hacia un modelo más eficiente y rentable. Según cifras oficiales, en diciembre de 2024 el BNA contaba con 769 puntos de atención en todo el país. Con esta medida, se proyecta reducir ese número a poco más de 700.

 

“El recorte se hará a partir de la fusión de sucursales, el cierre de unidades superpuestas y la reasignación de recursos humanos”, explicaron desde la entidad. Solo con esta acción, estiman un ahorro mensual cercano a los 139 millones de pesos. A esto se suma la transformación de los 45 Centros de Atención PyME Nación, de los cuales 14 funcionan en locales alquilados. La nueva estrategia plantea reemplazar la atención fija por un esquema itinerante, con ejecutivos de cuenta visitando directamente a los clientes, lo que permitiría ahorrar otros 30 millones de pesos mensuales.

 

Foco en lo digital y cambio de rol

El ajuste en la estructura física del banco se da en un contexto de acelerada digitalización de servicios. Según datos del propio BNA, a fines de mayo de 2025, el 98% de las operaciones de los clientes ya se realizaban a través de plataformas electrónicas. La presencialidad en las sucursales se reduce un 25% anual, impulsada por la migración de servicios al entorno digital.

 

Este proceso también alcanza a las empresas del grupo Nación. Un ejemplo es Nación Servicios, que gestiona el sistema de pago abierto para el transporte público y recientemente superó el millón de viajes procesados.

 

Asimismo, el Banco Nación redujo de 33 a 29 la cantidad de Gerencias Zonales, reorganizando su estructura en base a criterios económicos definidos por el Indec y reasignando sucursales para unificar equipos y optimizar recursos humanos.

 

¿Un paso hacia la privatización?

Detrás del rediseño también aparece un debate de fondo: el futuro institucional del Banco Nación. Desde la gestión oficial promueven su reconversión en una sociedad anónima, un cambio que requerirá tratamiento legislativo y que ya genera polémica en el Congreso. El objetivo, según fuentes oficiales, es adaptar el banco a un entorno de mayor competencia financiera y mejorar su rentabilidad, sin dejar de cumplir su tradicional función de banca pública.

 

Sin embargo, críticos advierten que este camino podría implicar un debilitamiento de su rol social, especialmente en localidades donde el BNA es el único canal financiero disponible para pequeñas empresas, jubilados y sectores postergados.

 

En definitiva, el cierre de sucursales, la apuesta por la digitalización y la intención de reconvertir al Banco Nación marcan un giro profundo en la estrategia del gobierno libertario respecto a la banca pública. Mientras el Ejecutivo habla de “eficiencia” y “disciplina fiscal”, el desafío será evitar que ese enfoque deje sin cobertura financiera a miles de argentinos en las zonas más vulnerables del país.

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