El Gobierno eliminó el asueto por el Día del Empleado Público y desata una fuerte reacción sindical

A solo dos días de su celebración, el Gobierno nacional eliminó el asueto correspondiente al Día del Empleado Público, que tradicionalmente se celebra el 27 de junio. La medida fue anunciada este martes por el vocero presidencial, Manuel Adorni, quien afirmó que se trata de “corregir un privilegio” que no tiene justificación en comparación con las condiciones laborales del sector privado.

“El Estado no es un espacio para otorgar beneficios especiales ni días sabáticos que no tienen justificación”, señaló Adorni en su habitual conferencia de prensa desde Casa Rosada. A su vez, sostuvo que ese día libre “se financia con el aporte de cada contribuyente del país”, y reafirmó la intención del Ejecutivo de avanzar en un modelo de administración pública alineado con parámetros de eficiencia y responsabilidad fiscal.

La decisión generó una inmediata respuesta de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), cuyo secretario general, Rodolfo Aguiar, calificó la medida como un nuevo ataque al empleo público. “En la Argentina no existen los emperadores, Milei. El único que goza de privilegios del Estado sos vos, Adorni, cara dura”, expresó en sus redes sociales.

Aguiar apuntó directamente contra el gobierno libertario y acusó a la administración Milei de “llenar la Secretaría de Comunicación de familiares y militantes libertarios con sueldos millonarios”. Además, denunció que “quieren destruir el Estado y también a los estatales”, al eliminar una jornada histórica consagrada por ley.

Un día con historia

El Día del Trabajador del Estado tiene origen internacional. Fue en 1978 cuando la Organización Internacional del Trabajo (OIT) adoptó el Convenio 151 y la Recomendación 159, en favor del derecho a la negociación colectiva para los trabajadores estatales. En Argentina, el convenio fue ratificado en 1987 a través de la Ley 24.185, y en 2013 el Congreso sancionó la Ley 26.876, que instituyó el 27 de junio como jornada de descanso para todos los empleados de la Administración Pública Nacional.

Desde entonces, el día no laborable fue un reconocimiento a la función social del trabajador estatal, aunque en cada jurisdicción la adhesión podía ser total o parcial. Ahora, con esta medida, el Ejecutivo decide avanzar en una lectura diferente: que no hay lugar para beneficios “extra” en un contexto de fuerte ajuste y recorte fiscal.

Un cambio con impacto inmediato

La suspensión del asueto fue anunciada a menos de 48 horas de su aplicación, lo que podría generar complicaciones en miles de trabajadores que ya habían planificado actividades o viajes para aprovechar un fin de semana largo.

La medida se inscribe dentro de una serie de decisiones que buscan achicar el gasto público y “racionalizar el funcionamiento del Estado”. Sin embargo, los sindicatos advierten que detrás de esa lógica se esconde un proyecto más profundo: el vaciamiento del empleo público y el desmantelamiento de las funciones esenciales del Estado.

Con este nuevo capítulo, la tensión entre el Gobierno y los gremios estatales vuelve a escalar, y suma un nuevo foco de conflicto en medio del creciente malestar social frente a las políticas de ajuste.