
El decreto, firmado por el presidente Javier Milei, el jefe de Gabinete Guillermo Francos y el ministro de Economía Luis Caputo, modifica el calendario de aplicación de los impuestos a los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono (IDC), cuyos aumentos habían sido diferidos durante finales de 2023 y todo 2024. La medida establece una suba parcial a partir del 1° de agosto y posterga el remanente para septiembre.
En concreto, para el mes de agosto 2025, el impuesto a la nafta sin plomo y nafta virgen subirá $6,954 por litro en el ICL y $0,426 en el IDC. En el caso del gasoil, el aumento será de $5,615 en el impuesto a los combustibles líquidos y $0,640 en el impuesto al dióxido de carbono.
La decisión de escalonar estos aumentos responde a una estrategia del equipo económico para evitar saltos bruscos en los precios que pagan los consumidores. Sin embargo, ya durante julio, YPF, la petrolera estatal dominante en el mercado local, aplicó dos incrementos en surtidores que totalizaron un aumento del 6,1%. Además, la empresa implementó un esquema de precios diferenciados por franjas horarias, con valores más bajos en momentos de menor demanda.
Por otro lado, se estima que la reforma de la coparticipación del Impuesto a los Combustibles y la modificación en la distribución de Aportes del Tesoro Nacional (ATN), impulsadas por los gobernadores, podrían borrar hasta un 60% del superávit financiero que genera esta suba impositiva.
Mientras tanto, el Gobierno convocó a más de 1.600 estaciones de servicio a participar de un encuentro en Costa Salguero, en un marco de diálogo con el sector.