13/08/2025 - Edición Nº2443

Política

Opinión

Milei redobla la apuesta por el ajuste fiscal y se enfrenta al Congreso para “Blindar” el superávit

El presidente Javier Milei defendió el veto a proyectos de ley que buscaban aumentos en jubilaciones y fondos para discapacidad, al tiempo que lanzó nuevas medidas para asegurar su política de equilibrio fiscal. En un discurso que elevó la tensión con la oposición, el mandatario acusó a los legisladores de irresponsabilidad y los desafió a asumir las consecuencias de un gasto público descontrolado.


por Lautaro Hermosilla


 

En un mensaje televisivo que marcó un nuevo capítulo en la confrontación política, el presidente Javier Milei se dirigió a la nación para explicar las razones de sus recientes vetos a proyectos de ley impulsados por el Congreso. El mandatario, respaldado por su equipo económico, justificó su decisión argumentando que cualquier incremento en el gasto público sin una fuente de financiamiento clara pone en riesgo la estabilidad macroeconómica y el objetivo principal de su gobierno: terminar con la inflación. 

 

El discurso presidencial repasó los logros de su gestión, destacando el control inflacionario y el freno de una hiperinflación inminente. El presidente hizo hincapié en que su administración llegó con la convicción de realizar una reforma económica "de raíz", sin recurrir a atajos o gradualismos. Sin embargo, en un tono crítico hacia la oposición, Milei señaló que el Congreso parece creer que se puede crear riqueza de la nada, una postura que calificó de "engaño demagógico". El mandatario calculó que el gasto de los proyectos vetados representaría una suma astronómica, lo que, a su juicio, evidencia la irresponsabilidad de quienes los aprobaron. 

 

 

Anuncios para fortalecer el modelo económico

Para reforzar su política de austeridad fiscal y evitar futuros intentos del Congreso de revertirla, Milei anunció dos medidas de gran envergadura. Por un lado, la Prohibición de financiación con emisión monetaria: una de las decisiones clave es la instrucción al Ministerio de Economía para que el Tesoro Nacional no pueda financiar sus gastos con fondos del Banco Central. Si bien el gobierno ya venía aplicando esta política, el anuncio lo formaliza y busca cerrarle la puerta a cualquier tentación de recurrir a la emisión de dinero para cubrir déficits. La medida se presentó como un blindaje definitivo contra la principal causa de la inflación en el país. 

 

Por otro lado, el presidente Javier Milei, también anunció el Proyecto de ley con sanciones penales: el presidente adelantó que enviará al Congreso un proyecto de ley que no solo exigirá que el presupuesto nacional siempre sea equilibrado o superavitario, sino también contemplará sanciones penales para los legisladores y funcionarios que aprueben gastos sin una fuente de ingresos compensatoria. La iniciativa busca imponer una disciplina fiscal estricta, obligando a que "cada peso nuevo que quieran gastar tiene que tener un nombre y un apellido" y una justificación sobre "de dónde sale". 

 

Los pilares fundamentales de la estrategía económica del gobierno actual son:

Ajuste fiscal y superávit: El presidente Javier Milei defiende el veto a proyectos de ley con el fin de asegurar su política de equilibrio fiscal y "blindar" el superávit. El objetivo principal del gobierno es la estabilidad macroeconómica y terminar con la inflación, argumentando que cualquier aumento en el gasto público sin financiamiento claro pone en riesgo esta estabilidad. El "déficit cero" es presentado como una bandera innegociable.

         Fin de la inflación y freno a la hiperinflación: El control inflacionario y el freno de una hiperinflación inminente son destacados como logros y objetivos clave de la gestión. 

                 Reforma económica de raíz: La administración llegó con la convicción de realizar una reforma económica profunda, sin recurrir a atajos o gradualismos. 

                       Prohibición de financiación con emisión monetaria: Una de las decisiones clave es la instrucción al Ministerio de Economía para que el Tesoro Nacional no pueda financiar sus gastos con el fondo del Banco Central. Si bien el gobierno ya venía aplicando esta política, el anuncio formaliza y busca cerrarle la puerta a cualquier tentación de recurrir a la emisión de dinero para cubrir déficits. La medida se presentó como un blindaje definitivo contra la principal causa de la inflación en el país. 

                            Presupuesto nacional equilibrado o superavitario con sanciones penales: El presidente anunció el envío al Congreso de un proyecto de ley que no solo exigirá que el presupuesto nacional siempre sea equilibrado o superavitario, sino que también contemplará sanciones penales para legisladores y funcionarios que aprueben gastos sin una fuente de ingresos compensatoria. Esto busca imponer una disciplina fiscal estricta. Si bien es un movimiento audaz, siendo comunicador pienso que es necesario tener un presupuesto nacional equilibrado. Pero para que se dé, primero, las condiciones tienen que ser minuciosamente estudiadas para que la economía "real" o "cotidiana" no sufra cimbronazos fuertes. En segundo lugar, se puede dar, que se cuestione su viabilidad, porque la presión está puesta en los legisladores, que aprueben una norma que los sometería a un régimen penal. 

                                           Política de austeridad fiscal: El gobierno busca reforzar esta política para evitar futuros intentos del Congreso de revertirla. Esto es. Que el Congreso intente aprobar nuevos gastos públicos sin una fuente de financiamiento clara, por ejemplo, lo que el presidente ha vetado en proyectos de ley relacionados con aumentos en jubilaciones y fondos para discapacidad, argumentando que dichos incrementos ponen en riesgo la estabilidad macroeconómica y el objetivo de terminar con la inflación. Volver a prácticas que generen déficits fiscal, donde el gobierno se centra en alcanzar el "déficits cero" y asegurar el superávit fiscal. Revertir esto, implicaría que el Congreso impulse medidas que lleven a un "desequilibrio" en las cuentas públicas. 

 

Análisis de las implicancias políticas y económicas

El mensaje presidencial, más que una simple rendición de cuentas, se interpretó como una jugada de alta política. Aunque los anuncios se presentaron como mediadas económicas, su verdadero impacto parece radicar en el plano político. Al formalizar prácticas ya existentes y proponer sanciones penales a los legisladores, Milei eleva el costo de la confrontación para la oposición. El presidente les endilgó la responsabilidad de un posible colapso económico y los acusó de atentar contra la prosperidad del país. 

 

No obstante, el discurso presidencial presentó algunas afirmaciones que merecen una lectura crítica. Por ejemplo, el gobierno insiste en cifras de recuperación económica y social que contrastan con los datos oficiales y la percepción de una gran parte de la población. La idea de que los salarios ya le ganan a la inflación desde hace meses, o que se ha sacado a millones de personas de la pobreza, no se alinea con la realidad socioeconómica que muchos argentinos enfrentan a diario. 

 

El anuncio de enviar un proyecto de ley con sanciones penales al Congreso es un movimiento audaz, pero su viabilidad es cuestionable. Es improbable que los propios legisladores accedan a aprobar una norma que los sometería a un régimen penal. En este sentido, la medida parece más una herramienta de presión política que un plan concreto para reformar el marco legal. El presidente parece estar dispuesto a seguir la confrontación con el Congreso, utilizando el "déficit cero" como bandera innegociable y desafiando a los legisladores a decidir entre el ajuste o lo que él considera un "genocidio" económico para las futuras generaciones. 

 

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