12/09/2025 - Edición Nº2473

Viedma

CONICET impulsa un proyecto para producir cervezas con propiedades saludables a partir de residuos cerveceros

10:07 |Un proyecto internacional impulsa el desarrollo de un bioestimulante de semillas enriquecido con selenio, elaborado a partir del bagazo de cerveza. La iniciativa apunta a mejorar la tolerancia al estrés climático de la cebada y generar cervezas funcionales con propiedades saludables.



Investigadores del CONICET forman parte de un consorcio multidisciplinario que se propone transformar uno de los residuos más voluminosos de la industria cervecera en un recurso innovador. El proyecto, denominado BrewSelBar, busca elaborar un bioestimulante para semillas de cebada a partir del bagazo de cerveza (BSG), enriquecido con selenio, un micronutriente esencial para el sistema inmunológico.

 

La iniciativa tiene un doble propósito: reducir el impacto ambiental de este subproducto y mejorar la tolerancia de la cebada al estrés por sequía y altas temperaturas, una necesidad creciente en el marco del cambio climático.

 

“Queremos generar un bioestimulante que incremente la tolerancia de las plantas de cebada al estrés climático, y al mismo tiempo aprovechar el bagazo, que muchas veces termina en basurales, aumentando las emisiones de gases de efecto invernadero”, explicó la investigadora María Gabriela Guevara, directora del grupo Bioquímica Vegetal del Instituto de Investigaciones Biológicas (CONICET-UNMDP).

 

El bagazo de cerveza, rico en fibras, suele destinarse a la alimentación animal, la producción de bioetanol o la elaboración de harinas para panificados. Ahora, con este nuevo enfoque, se apunta a obtener granos de cebada biofortificados con selenio para producir, en una primera etapa, cervezas funcionales sin alcohol, con potenciales beneficios para la salud humana.

 

La iniciativa reúne a la Universidad Nacional de Mar del Plata, la cervecería Antares, la Universidad Autónoma de Barcelona, la Universidad Técnica de Dinamarca, la Universidad Técnica de Berlín y empresas de España e Italia, además del CONICET.

 

Según los investigadores, la deficiencia de selenio afecta a una de cada siete personas en el mundo, y la Argentina no es la excepción: “Cuando consumimos plantas de suelos pobres en selenio o carne de animales alimentados con esas plantas, no incorporamos la cantidad suficiente de este nutriente”, advirtió Guevara.

 

Con esta iniciativa, el CONICET y sus socios internacionales buscan combinar innovación alimentaria, sostenibilidad agrícola y reducción de residuos industriales en una propuesta con impacto económico y social.

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