por Lautaro A. Hermosilla V.
El gobierno nuevamente golpea el bolsillo de los ciudadanos con una nueva suba desmesurada en la tarifa de gas. Se estima que el incremento podría llegar hasta un escandaloso 300%, dejando a miles de hogares en una situación económica extremadamente complicada.
Lo más preocupante de esta medida es que afectará en mayor medida a los hogares del segmento intermedio, aquellos que ya se encuentran en una situación económica frágil y que ahora tendrán que enfrentar un aumento exorbitante en sus facturas de gas. Mientras tanto, las grandes empresas y los sectores más acomodados de la sociedad seguirán disfrutando de privilegios y subsidios que les permiten mantener sus tarifas más bajas.
Es indignante que el gobierno justifique estas subas argumentando la necesidad de equilibrar el déficit fiscal. ¿Acaso no existen otras alternativas para atacar este problema sin afectar directamente a los ciudadanos más vulnerables? Parece que para el gobierno, siempre son los mismos quienes deben pagar los platos rotos.
Además, no podemos pasar por alto el cambio en el criterio de asignación de los subsidios que entraría en vigor en abril. Esto pone en riesgo la calidad de vida de muchas familias que dependen de estos beneficios para poder sobrevivir. ¿Por qué razón se decidió modificar esta asignación? ¿Qué se busca con ello? Parece que el gobierno solo piensa en sus propios intereses y no en el bienestar de los ciudadanos.
Es importante recordar que el gas es uno de los servicios básicos que todos necesitamos para vivir. Es inaceptable que se juegue con la posibilidad de que muchas personas no puedan acceder a una calefacción adecuada en invierno o que tengan que renunciar a cocinar alimentos caliente debido a estos aumentos desmedidos.