El Día Mundial del Perro Adoptado se conmemora cada 23 de septiembre y se trata de una fecha que busca visibilizar la importancia de la adopción responsable y el impacto positivo de convivir con animales de compañía para las personas.
Para esta fecha tan especial, vale la pena hacer algo de historia. Una poética leyenda de los pueblos originarios norteamericanos sobre el origen del mundo por parte del dios Nagaicho dice que lo primero que éste hizo fue colocar cuatro columnas para sostener el cielo. Posteriormente, puso a la tierra bajo él y fue creando todas las demás cosas y seres. También se especifica en la leyenda cómo se crearon uno a uno todos los animales, salvo el perro.
Para ellos era inconcebible que alguien, ni siquiera un Dios, saliera a pasear sin su perro, y como es lógico, el perro de Nagaicho tenía que acompañarlo antes de que creara el mundo. Si esta historia tiene algo de verdad, lo que sí parece cierto y demostrado es que el perro fue el primer animal que domesticó el hombre.
Al ser humano lo acompaña desde entonces y lo ha ayudado siguiendo un derrotero de crecimiento sellando un contrato animal en el que se dice lo siguiente: “Yo te cuido de noche, vos alimentame de día”.
Cabe recordar que el origen del perro está en el lobo, con sitios múltiples y casi simultáneos de aparición hace más de 30.000 años. Lo más probable es que hayan surgido, en un corto periodo de tiempo, diferentes selecciones domesticadas de cánidos salvajes autóctonos, provenientes de distintas zonas. La migración de las poblaciones humanas habría hecho el resto en cuanto a la formación de razas, estirpes y familias.
El perro moderno más primitivo que se conoce, en este contexto, data de 36.000 años de antigüedad. Es un hecho aceptado que su aparición fue muy anterior a la agricultura y que el motivo para estas domesticaciones fue la gran ventaja que le otorgaba al cazador de la época.