
La Patagonia enfrenta una de las peores crisis ambientales de los últimos años debido a los múltiples incendios forestales que se han desatado en diversas localidades de Río Negro, Neuquén y Chubut. Brigadistas trabajan intensamente para contener las llamas en zonas como El Bolsón, el Parque Nacional Lanín, Nahuel Huapi y Valle Magdalena, mientras que en Chile, cerca de la frontera con Neuquén, un incendio de gran magnitud ha obligado a más evacuaciones.
El fuego sigue avanzando en El Bolsón, donde brigadistas de diferentes localidades combaten las llamas que comenzaron el jueves 30 de enero. La situación es preocupante debido a la presencia de fuertes vientos, con ráfagas que pueden superar los 95 km/h, según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
En Bariloche, el fuego llegó a la zona urbana y afectó viviendas en el barrio Lera, en la barda del Ñireco, mientras que en el Parque Nacional Nahuel Huapi continúan los incendios en Los Manzanos y El Manso, con más de 120 brigadistas en la zona.
Por otro lado, en el Parque Nacional Lanín, el incendio sigue activo y ha afectado aproximadamente 15.200 hectáreas, aunque hasta el momento un 40% de la superficie se encuentra quemada.
En El Bolsón, las autoridades ordenaron la evacuación preventiva en sectores de Mallín Ahogado y otras zonas cercanas. También se registraron cortes de luz en Lago Puelo y parte de El Bolsón, lo que dificulta las tareas de control del fuego.
El fuego en Chile, a la altura de Neuquén, ha provocado evacuaciones masivas en La Araucanía, donde el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) ordenó la salida de habitantes de Galvarino y Lautaro ante la amenaza de las llamas.
Bomberos de Santa Fe se sumaron a las tareas en el Valle Magdalena de Neuquén, enviando 40 efectivos especializados en incendios forestales. Además, el Gobierno nacional confirmó el envío de fondos de emergencia a Río Negro y Chubut para ayudar en la lucha contra el fuego.
En medio del desastre, las lluvias en El Bolsón, Lago Puelo y Epuyén trajeron alivio momentáneo, generando escenas de emoción entre los vecinos que celebraron la caída del agua. Sin embargo, las autoridades advierten que los fuertes vientos previstos podrían avivar nuevamente las llamas.
La Patagonia sigue en alerta máxima, con equipos de emergencia trabajando sin descanso para contener el fuego y proteger a las comunidades afectadas.