17/04/2025 - Edición Nº2325

Viedma

“Nieve de sangre”: el fenómeno natural que tiñe los paisajes blancos y acelera el cambio climático

Lo que parece un misterio teñido de rojo es, en realidad, una señal de alarma sobre el calentamiento global.



La llamada “nieve de sangre”, un fenómeno tan llamativo como enigmático, ha intrigado a científicos desde hace siglos. Aunque su nombre evoca escenas dramáticas, no se trata de contaminación ni de sangre, sino de un proceso biológico natural, protagonizado por diminutas microalgas capaces de sobrevivir en condiciones extremas.

 

Este fenómeno se presenta en zonas de alta montaña o regiones polares, como los Alpes, el Ártico o la Antártida, donde durante los meses más cálidos la nieve adopta una tonalidad rojiza o rosada. ¿La causa? La proliferación de Sanguina nivaloides, una microalga que libera un pigmento rojo llamado astaxantina, el cual le permite protegerse de la radiación ultravioleta cuando el sol comienza a derretir la nieve.

 

“Las algas no son rojas por naturaleza, sino que producen este pigmento como una especie de protector solar”, explican desde National Geographic.

 

Un ciclo que acelera el deshielo

Aunque visualmente impactante, la “nieve de sangre” tiene consecuencias ambientales significativas. La presencia de estas algas reduce la capacidad de la nieve para reflejar la luz solar (lo que se conoce como albedo), incrementando la absorción de calor y, por lo tanto, acelerando el derretimiento.

 

Mientras la nieve blanca refleja hasta un 90% de la radiación solar, la teñida de rojo retiene más calor, generando un ciclo de retroalimentación positiva: más calor favorece la proliferación de las algas, que a su vez tiñen más nieve, lo que provoca más deshielo, y así sucesivamente.

 

Un indicador del cambio climático

Investigaciones recientes publicadas en Frontiers in Plant Science y Microbiology Ecology destacan que la expansión de estas microalgas está estrechamente ligada al cambio climático. En lugares como la Antártida o los Alpes, donde la pérdida de masa glaciar es cada vez más evidente, este fenómeno se ha vuelto más frecuente y más extenso.

 

“El crecimiento acelerado de las algas puede alterar la dinámica de los ecosistemas de montaña, afectando incluso las cadenas alimentarias locales”, advirtió Eric Maréchal, uno de los principales investigadores del tema en Europa.

 

Además, este tipo de flora microscópica ha existido por millones de años, pero su proliferación masiva en las últimas décadas no tiene precedentes conocidos y está generando preocupación en la comunidad científica.

 

Una señal de alerta global

Lejos de ser un fenómeno aislado, la nieve de sangre es una manifestación visible de cómo incluso organismos diminutos pueden tener un gran impacto en el sistema climático de la Tierra. Su estudio no solo permite entender mejor los procesos de deshielo, sino también proyectar los efectos del calentamiento global en regiones sensibles del planeta.

 

Lo que podría parecer una rareza de la naturaleza se ha convertido en una advertencia: el planeta cambia, y hasta las formas de vida más pequeñas están reflejando —literalmente— el costo de ese cambio.

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