02/07/2025 - Edición Nº2401

Nacional

Política

Francos defiende la política económica y evita hablar del escándalo del criptogate

Con el nuevo acuerdo con el FMI, el Ejecutivo habilitó una devaluación del 12,4%. La medida contradice promesas oficiales y se traduce en aumentos de precios y licuación de ingresos. Advierten que la inflación volverá a acelerarse y los salarios corren detrás.



A menos de un mes de que el ministro de Economía, Luis Caputo, asegurara que “no va a haber un salto devaluatorio”, el gobierno de Javier Milei confirmó un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que implicó una modificación del régimen cambiario y un salto inicial del 12,4% en el dólar oficial. La medida, celebrada por el mercado financiero, golpeó de lleno al consumo popular: alimentos, combustibles y servicios ya muestran subas en cadena, mientras los salarios pierden poder adquisitivo frente a paritarias pisadas.

 

Desde mediados de marzo, distintos sectores comenzaron a recibir listas con aumentos equivalentes a un dólar de $1400, el techo de la banda cambiaria impuesta por el Gobierno. Así, productos esenciales como aceite, café, galletitas, lácteos y bebidas muestran subas de entre 7 y 10%. En el rubro construcción se registraron aumentos del 12%, y en envases y packaging hasta del 20%. En panaderías, insumos clave como huevos y margarinas duplicaron su precio en un año.

 

Al mismo tiempo, se anticipan recortes en subsidios a la energía y el transporte, lo que impactará aún más sobre el gasto de los hogares, que ya cuadruplicó su peso en relación a los ingresos desde comienzos de 2024.

 

Inflación y salarios: la brecha se ensancha

El dato de inflación de marzo sorprendió: 3,7% mensual, la suba más alta en siete meses. En ese marco, el rubro Alimentos trepó 5,9%, con fuertes subas en carnes y verduras. Sin embargo, los aumentos salariales de ese mes fueron, en promedio, del 1,9%, lo que significa una pérdida directa de poder adquisitivo. Así lo señalaron tanto el Centro de Estudios del Trabajo y el Desarrollo (CETyD) como el Instituto de Estudios y Formación (IET), que proyectan una profundización del deterioro en abril.

 

“La inflación seguirá en torno al 4,5% o 5,5% mensual”, estimaron desde la consultora Eco Go, que advirtió además que las proyecciones oficiales del 18%/23% anual “lucen poco probables”. Incluso el propio FMI alertó en su Staff Report que el Gobierno argentino debe “contener las presiones salariales”, reconociendo que los sueldos en dólares están en niveles similares a los de 2018.

 

Paritarias pisadas y consumo en baja

La política oficial de usar los salarios como ancla para desacelerar precios profundizó el deterioro del ingreso real. En el primer trimestre de 2025, solo cuatro sectores mostraron mejoras en el salario de convenio en términos reales (cuero, maestranza, sector público bonaerense y gastronómicos). El resto sufrió retrocesos: desde construcción y sanidad hasta textiles, casas particulares y el sector público nacional.

 

Además, con paritarias ya cerradas por debajo del 2% para abril en sectores como alimentación, camioneros, carga y descarga, SINEP y sanidad, los especialistas anticipan una nueva caída del ingreso frente a una inflación que difícilmente se desacelere.

 

“La situación seguramente se agrave”, anticipó Luis Campos, del IET, y advirtió que “sin una reapertura generalizada de paritarias, el retroceso salarial será inevitable”.

 

Un dólar más barato para el mercado, más caro para vivir

El nuevo esquema cambiario contempla un dólar oficial entre $1.000 y $1.400, con ajuste mensual del 1%. Pero según el economista Nicolás Dvoskin, esta devaluación “no trajo competitividad ni ventajas comerciales”: las exportaciones no mejoraron, la balanza turística se deterioró, y el dólar que se ve es más barato que el que se vive.

 

Mientras tanto, las reservas del Banco Central siguen en niveles críticos, tras una pérdida de 5.000 millones de dólares en lo que va del año.

 

La contracara se ve en las góndolas y comercios. “Las empresas ya aplicaron aumentos por expectativas devaluatorias”, afirmó Fernando Savore, de la Confederación General Almacenera. Desde el sector de panificados, Gastón Mora alertó por el cierre de 400 panaderías y una caída del 40% en las ventas. La recesión, el ajuste y la inflación castigan, sobre todo, a quienes viven de un salario.

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