
El Gobierno nacional anunció este lunes una batería de medidas monetarias y financieras destinadas a controlar la circulación de pesos, sostener el tipo de cambio y aumentar las reservas de dólares. La estrategia incluye acuerdos de deuda con bancos internacionales, modificaciones en los encajes bancarios y la eliminación de instrumentos clave como las Letras Fiscales de Liquidez (LEFI).
Entre las acciones más destacadas, el Banco Central (BCRA) lanzará una nueva licitación de acuerdos REPO con entidades extranjeras por hasta u$s2.000 millones, en línea con la operación de u$s1.000 millones realizada a principios de año. Además, avanzará con la recompra de contratos de puts sobre bonos del Tesoro para reducir la base monetaria y dar señales de estabilidad frente a la inflación.
En paralelo, se confirmó una cuarta emisión de los Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre (Bopreal), destinados a empresas con deudas en dólares pendientes desde antes del 12 de diciembre de 2023. Según estimaciones, aún hay entre u$s7.000 y u$s10.000 millones retenidos por controles cambiarios previos.
🔵 Cambios estructurales y polémica por los "capitales golondrina"
A partir del 10 de julio, el BCRA dejará de emitir LEFI, eliminando así la tasa de interés de referencia y adoptando un esquema basado en el control de agregados monetarios. También se modificará el régimen de encajes, equiparando los requisitos para cuentas remuneradas, sin distinción entre bancos, empresas o fondos de inversión.
Sin embargo, la medida más criticada fue la eliminación del plazo mínimo de permanencia para capitales no residentes que inviertan en el Mercado Libre de Cambios (MLC) o en bonos del Tesoro con vencimientos mayores a seis meses. Economistas como Juan Manuel Telechea alertaron sobre el riesgo de repetir la experiencia de 2018, cuando ingresaron "capitales golondrina" que luego fugaron masivamente, profundizando la crisis cambiaria.
El Tesoro, por su parte, reemplazará las LEFI por Letras de Corto Plazo (LECAPs) y emitirá bonos en dólares a más de un año, con un tope de u$s1.000 millones mensuales. La estrategia apunta a diversificar los vencimientos de la deuda, aunque persisten dudas sobre el impacto real en un contexto donde el riesgo país supera los 650 puntos básicos y el dólar oficial sigue por encima del blue.